lunes, 1 de agosto de 2011

Entrega del premio Rombo Amarillo

En un mar de autmóviles, resplandece un premio amarillo para la bici y el peatón

Por el colectivo Camina, Haz Ciudad

Salí caminando de mi casa con zapatillas, vestido largo de terciopelo, cabello recogido y abrigo de noche. Llegué a la estación del Metrobús bajo la lluvia. La elegante cita estaba dada, Camino Real 8:30 pm, ¿cómo llegaría cada uno de los invitados? Me transporté 17 estaciones y finalmente llegué a Reforma, donde me vi con Oscar, @tlacoyodefrijol, para irnos en bicicleta hasta la Torre Mayor. Ahí encontramos a Karina/@karicleta, Alejadro/@jonalexp y Jorge/@elmatali. De ahí a la sede del evento algunos caminaron y otros continuamos en bici.

Cinco miembros del colectivo Camina, Haz Ciudad llegamos en transporte no motorizado. El Camino Real no estaba preparado para nuestra innovación y tuvimos que negociar estacionamiento para las bicicletas.

Es notable cómo aun no existe una idea generalizada acerca de los distintos modos de movilidad urbana, tanto es así, que para lograr tener un lugar seguro de estacionamiento para bicicletas, en este caso en el Hotel Camino Real de Polanco, se tuvo que hablar con diversos miembros de la administración hasta dar con la subgerente, para algo que puede ser muy simple: acomodar y encadenar tan solo 2 bicicletas en un lugar seguro.

En el salón “Sol” de dicho hotel se llevaron a cabo los premios Rombo Amarillo, los cuales se hicieron para dar relevancia y fomentar el tema de la seguridad vial. Después de una deliciosa cena se dio paso a la premiación, los ganadores se anunciarían esa misma noche. Las proyectos en competencia incluían planes para disminuir los accidentes viales por conducir en estado de ebriedad y pasos a desnivel con algunas consideraciones de seguridad para los conductores, sin importar la categoría, parecía que todos los postulantes solo se enfocaban a que los autos circularan de manera segura.

Con frecuencia las personas no vivimos la ciudad, la padecemos. La larguísima lista de lo que hace falta, de lo que no existe, no funciona o funciona mal, es interminable, y sin embargo, fieles al dicho “a todo se acostumbra uno” aprendemos a tolerar estas circunstancias, sin preguntarnos siquiera si en nuestras manos existía la posibilidad de mejorar. Hasta que, de manera orgánica, nació la “wikiciudad”.

Empezaron en Guadalajara con una ciclovía. Por primera vez en México un grupo de personas, de edades y extracciones sociales diversas, no se resignaron a que el gobierno local no cumpliera la promesa de invertir en este tipo de infraestructura y decidieron hacerla con sus propias manos y medios. La acción llevada a cabo por el colectivo Ciudad Para Todos, fue más tarde respaldada por el gobierno local, que dio reconocimiento a este esfuerzo ciudadano.

Tiempo después, una historia similar nació en el Distrito Federal, al señalizar con pintutra una banqueta inexistente y necesaria que, después de la presión correspondiente al gobierno de la ciudad, por parte de los participantes del colectivo Camina, Haz Ciudad, se gestó en un espacio seguro para el peatón en medio de un puente vehicular, donde parece no haber límites de velocidad.

En la premiación, lo interesante fue que, dentro del mar de propuestas enfocadas al uso del automóvil, aparecieron dos de movilidad no motorizada: una llamada “Bici Entrénate” desarrollada por la Secretaría de Medio Ambiente del GDF, y la otra, de los colectivos Camina, Haz ciudad y Ciudad Para Todos, dentro de la categoría de infraestructura, enfocada en la creación de zonas seguras para la movilidad que representan peatones y ciclistas. Competíamos contra un paso elevado en Huixquilucan, pero incluso dentro de un grupo con un enfoque “autocéntrico” o “cochecentrista”, las acciones ciudadanas ganaron el Rombo Amarillo.

Todos estabámos contentos porque se reconocía una acción ciudadana modesta pero certera, y porque teníamos oportunidad de ser escuchados por un sector para el que somos invisibles: los presidentes de las asociaciones de automovilismo y los grandes consorcios automotrices y de seguros.

Además de albergar casos de éxito, construir la wikiciudad es una experiencia divertida. Es una mezcla entre los actos rebeldes y transgresores que buscan crear belleza -algo así como las intervenciones artísticas de movimientos como el de los Beautiful Loosers-, una actividad concreta de mejoramiento urbano, asesorada en muchos casos por expertos en políticas de movilidad, y una declaración de carácter político: una exigencia para los gobiernos de mejorar el espacio público del que son administradores. Una feliz mezcla entre juego y rebeldía política, donde todos resultamos ganadores.

Este tipo de reconocimientos y menciones provocan reacciones de consolidar y continuar con el movimiento y por supuesto ejercer una ciudadanía incluyente de las necesidades de movilidad de las personas, y no de los automóviles. Todos los miembros del colectivo Camina, Haz Ciudad, buscamos movernos de maneras sustentables, vamos a nuestro trabajo a pie, en bicicleta o en transporte público. Bajarse del automívil no sólo implica reducir emisiones, también nos hace personas más saludables y contentas en búsqueda de espacios urbanos más equitativos. Caminar es hacer ciudad.

Y ahora un video de la entrega del premio con una invitación especial: